Ya sabíamos que Alicia no es una heroína que se quede esperando al príncipe azul, por el contrario. Y Tim Burton lo deja claro. Al comienzo, la película nos muestra a una adolescente en el momento en que va a quedar atrapada por las normas del mundo adulto del siglo XIX. Un conejo trajeado y con reloj le ayuda a huir a un mundo paralelo de fantasía en el que sigue siendo ella misma: Alicia. La historia está repleta de símbolos y de alusiones críticas a la sociedad victoriana. La pócima que le permite crecer o disminuir de tamaño remite a la ansiedad producida por la próxima transformación de su estatuto social: de niña a mujer, de libre a sometida a múltiples convenciones sociales. La caída en el mundo diminuto subterraneo sugiere la búsqueda de refugio en su interioridad más auténtica. Como en la vida de muchas chicas y mujeres reales, los animales tienen aquí un papel clave. La reconocen, la quieren y son ajenos a las jerarquías y normas de género. Junto con el sombrerero loco, le ayudarán porque es la elegida para vencer el poder que los oprime. Esta Alice in Wonderland es una Juana de Arco que, en vez de terminar en la hoguera, es coronada por el éxito.
Cuento para niñas modernas, a su vuelta al mundo real, Alicia rechaza una petición de matrimonio y acepta, en cambio, en la escena final, formar parte de una empresa que la envía en viaje de negocios a la lejana China. Alicia en el país de las maravillas es una prueba más de que la fantasía no tiene por qué mostrarnos siempre los mismos estereotipos.
En la historia se deja de abordad esa complemantareidad con lo masculino, que es tan usual en los cuentos de hadas, Alicia no busca ser salvada por ningún príncipe ni tampoco por el sombrero loco, busca su propio empoderamiento y el autoconocimiento. Hacerle frente al aspecto castrante y destructivo de si misma y a la tendencia pasiva, busca integrar en si misma las potencialidades de la reina blanca y la reina roja (Eros y tanatos).
Alicia ha de emprender un largo viaje por el submundo (inconciente) para reconocer e integrar las partes negadas de si misma, finalmente hallara las formas de ser mas de ella misma y menos del mundo (Sociedad, expectativas culturales), pero para eso a de transgredir algunas normas de su sociedad.
Alicia es la figura simbólica de la mujer transgresora, que después de estar en un estado de ingenuidad emprende el viaje en busca de su propia sabiduría y poder, es la mujer que habla con sus instintos y (simbolizados con los animales), se deja guiar por la incertidumbre creativa (el sombrero loco), para conciliar sus fuerzas contrarias (las reinas) y finalmente armarse con conciencia y destruir las estructuras antiguas (monstruo depredador) para ser ella misma y lograr estar completa en si misma ya sin aspiraciones de ser salvada o redimida por el otro. Por que como diría un comercial bastante conocido, Una mujer completa no necesita su media naranja.
Hola Christian; éste cuento es uno de mis preferidos, me da gusto que lo hayas comentado.
ResponderEliminarSaludos del D.F.