Profanación
al Templo de la Diosa:
Violencia
hacia las mujeres y niñas y congruencia
espiritual en la senda de lo sagrado femenino.
Christian Ortiz
Velarde
Oh jovenes damiselas, vosotras que admitís a todos los
extranjeros y les proporcionais hospitalidad, sacerdotisas de la Diosa Pitón en
la rica Corintio, sois vosotras quienes al quemar el incienso delante de la
imagen de Venus y al invitar a la madre del amor, procuráis para nosotros su
celestial ayuda y los deliciosos momentos en que probamos los lujuriosos lechos
donde se congregan los frutos delicados de la belleza.
GOLDBERG, The sacred Fire: The
story of sex in religion
Cuando nos dedicamos de una u otra manera a la veneración
de la Gran Madre, de diosa o reverenciamos lo Sagrado Femenino, no solo estamos
refiriéndonos a una construcción simbólica y tealógica de la Deidad. Una
veneración congruente requiere la sintonía de las creencias y de los actos. Cuantos
hombres y mujeres alrededor del mundo centran su fervor espiritual en Ella, en
la inminente Diosa, pero ¿cuantos realmente llevan a la cotidianidad el respeto
y honra hacia lo femenino?
Ella es eterna, inminente, recreación y manifestación, su
amor toca toda la existencia y nosotros nos vinculamos con ella, porque somos
parte de ella.
En las diferentes tradiciones paganas en las que se honra
lo femenino, existe necesariamente un cambio de paradigma que modifica la
masculinización de la deidad y el espíritu creador. En muchas existen
arqueomitologias y enseñanzas religiosas que describen la sacralidad de lo
masculino y de lo femenino; por lo que necesariamente se pensaría que en la
vida cotidiana de estos hijos e hijas de la diosa, habría una influencia
conceptual y religiosa dirigida a la equidad de género, desafortunadamente la
realidad en ocasiones nos refleja todo lo contrario.
Prácticamente todas las personas que actualmente practicamos
alguna de estas sendas somos hijos del occidente judeocristiano y por añadidura
de una serie de creencias introyectadas de forma inconsciente de generación en generación.
Es decir tenemos una herida transgeneracional en donde lo femenino queda
relegado, repudiado o incluso a veces despojado de todo poder e importancia. Y
ya como se diría “como es arriba, es también abajo”, como vemos lo sagrado, lo
divino, asi nos relacionamos con lo cotidiano. Nuestra relación con nosotros mismos
y con el otro, con el mundo completo, no es mas que una manifestación de la
relación que tenemos con las creencias ya consientes e inconscientes acerca del
logos o sentido de la vida, es decir las estructuras metafísicas de índole
religiosa, filosófica y sociocultural que dan forma a nuestra experiencia
existencial.
Quizá una de las ideas nucleares mas generalizadas en lo
que respecta a la relación de lo sagrado femenino y su congruencia religiosa y fáctica,
es el trato inequitativo y violento que
se le da a las mujeres y niñas.
Es importante responsabilizarnos como hombres y comenzar
a sanar y dejar atrás estas actitudes violentas y machistas, ya que si te
Consideras hijo de Diosa, como es posible que maltrates y violentas a su templo
Bendito, “que es el cuerpo, las emociones, el ser todo de las mujeres”. Por
otra parte, también las mujeres que se ven como hijas de Diosa, requieren sanar
y retomar el poder y dignidad como representantes de la fuerza de la vida.
Una cultura que pierde el respeto por las mujeres, por
sus madres, por sus hermanas, parejas e hijas; es una cultura que va en contra
de la vida, ya que ellas son el principio mismo de la vida; claro esta, no solo
a nivel de reproductividad biológica, sino en cualquier acto creativo. “las
mujeres son las madres de la Cultura, de la medicina, del arte, de la religión,
etc.”
La violencia contra las mujeres es sin duda una gran
incongruencia dentro de la senda religiosa o devocional de la Diosa, no es
tolerable ninguna de sus manifestaciones, sin embargo entendemos, pero no
justificamos, que tanto mujeres y hombres la emiten o reciben por los patrones
socioculturales de índole machista. Es por esto que necesariamente al entrar al
jardín de la gran madre, debemos purificarnos y despojarnos de este bagaje
limitante.
Las relaciones no tienen por qué estar supeditadas al
poder sobre, al chantaje, al ultraje, a los insultos, a la miradas
intimidantes, al despojo. Las relaciones de amor, fraternidad y sororidad han
de ser bendecidas desde la equidad, entendiendo nuestras diferencias y
nutriéndonos de las mismas. Que Diosa nos permita vivir en un mundo mas
pacifico y nos de sabiduría para Sanar tanta dolor de sus hijos e hijas. DIOSA ESTA VIVA!!
El circulo de la diosa
Se siente el gran compromiso que los estudios, el trabajo, la vida te han llevado a brindar este blog tan interesante,me fue grato haber podido encontrarlo. Especialmente este articulo me llamo mucho la atención ya que como mujer no os damos cuenta del poder que poseemos. En hora buena. FELICIDADES POR TU HERMOSA LABOR
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