El amor divino es
como el amor de una madre en su estado más natural y primordial. Se manifiesta
en el acto que nutre, que sana, que cuida y contiene. Es la fuerza que está por
debajo, sobre y detrás del todo; nunca nos abandona.
Solo hace falta que
te des un tiempo para percibir al gran espíritu de la vida, está en la canción
de tu corazón, en el brillo de la luna y las estrellas, en el olor de la hierba
mojada, en el abrazo cálido de otro ser, en el deleite del alimento sagrado.
Esa esencia incognoscible es lo sagrado cotidiano, habla a través de muchas voces y se presenta con miles de rostros, pero es una, es la Gran Madre.
Christian Ortiz.
Esa esencia incognoscible es lo sagrado cotidiano, habla a través de muchas voces y se presenta con miles de rostros, pero es una, es la Gran Madre.
Christian Ortiz.
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