In memoriam: Margot Adler
Vampiros: la tierra y
nuestra lucha moral.
¿Acaso
amamos a los vampiros?
Margot Adler
Autora, periodista y sacerdotisa Wicca.
Nunca
estuve interesada en vampiros. Si me hubieran preguntado hace cinco años
hubiera dicho <<¿estás bromeando?>> Yo había leído −quizá alguna
novela− y no las doscientas setenta, que ahora he leído. También había visto
una película, The Hunger,
probablemente porque sabía del autor. Pero en mi camino a una conferencia
compré algunas novelas baratas para el avión, y leí las dos primeras novelas de
Crepúsculo. Se podría haber terminado
ahí, pero ocho días después, mi esposo fue diagnosticado con cáncer terminal de
estómago.
Empecé a obsesionarme con novelas
de vampiros, sentada junto a su cama mientras dormía, pensaba en la mortalidad. Mi marido y
compañero de 33 años se estaba muriendo, y él era alguien que deseaba vivir
para siempre.
Había una tensión entre
nuestros puntos de vista sobre la muerte, una tensión que no entendí hasta
después de su muerte. Ahora me doy cuenta que es una tensión que existe también
en muchas de las más interesantes novelas de vampiros. Mi marido tenía lo que
yo llamaría la "visión de alta tecnología de la muerte"; debía evitarse
a toda costa. Él era un corredor, se
encontraba en perfecto estado de salud, tomó varios suplementos y
antioxidantes. Tomaba un vaso de vino
para el resveratrol, nunca fumó, estaba en forma, y,
a diferencia de mí, él nunca uso drogas en su
juventud. Él pensó que iba a vivir hasta los cien años −de preferencia aún más.
Un periodista científico siguió todos los descubrimientos y avances de la
investigación sobre el envejecimiento, y pensó que cuando muriera podría haber volado sus cenizas al espacio. Su actitud era
sin duda "la rabia; la rabia contra la muerte de la luz."
Yo en ese mismo momento,
tenía una perspectiva pagana y centrada en la Tierra. "Todos somos parte
del ciclo de vida. Como una semilla nacemos, crecemos, maduramos y decaemos, dando
cabida a las futuras generaciones que al igual que las plantas del semillero
renacen a través de nosotros. En cuanto a la persistencia de la conciencia,
pensé, "¿cómo podemos saberlo?" Quizás simplemente retornamos a los
elementos; nos convertimos en la tierra, aire, fuego y agua. Eso parecía bien
para mí, y de hecho recuerdo haber leído un libro de la autora feminista
Barbara Walker, en la que decía que el antiguo significado de los cuatro
elementos fue la forma en que iríamos a la muerte: nos vamos a la carroña en el
aire; a ser sepultados en la tierra, nos quemamos en la pira, y somos absorbidos
por las profundidades del mar. Eso para
mí parecía bien, a pesar de que había
una parte de mí que en el fondo quería vivir para siempre.
El vampiro del mito y la
literatura encarna esa misma tensión que mi marido y yo tuvimos al respecto de
la muerte. Están cerca de la
inmortalidad, y sin embargo son trágicamente congelados en el tiempo. Ellos no
pueden crecer ni cambiar como las estaciones. Sus características son el de estar dotados de
súper poderes, gran fuerza, y, con frecuencia, poseer una sabiduría debido a su
longevidad, la cual es una visión cínica de la vida.
Rosalie, quien se lamenta
de su estado de congelación en las novelas de Crepúsculo, tiene la misma duda planteada en libros como Tuck
Everlasting (famosa novela de ciencia ficción de Olaf Stapleton, de 1930). “Los seres humanos quieren ser parte de la
naturaleza, y sin embargo, aún quieren empujar el borde del sobre, tratando de
ser más.”
Los vampiros juegan con la
muerte y la cuestión de la mortalidad. Nos permiten reflexionar en lo que
significaría vivir por mucho tiempo. Ellos nos permiten formular preguntas que
solemos evadir y que sólo las hacemos en la ciencia ficción. ¿Qué son los
valores superiores y los valores inferiores, con respecto a la corta vida
humana? ¿Es la "vida" del vampiro, estéril y congelada? ¿La vida sólo
significa algo cuando es parte de un ciclo de nacimiento, maduración,
decadencia, muerte y el nacimiento de
una nueva vida? ¿Hay una belleza que sólo proviene de los ciclos de las
estaciones de los cuales formamos parte?
Así que al principio meditaba
sobre la mortalidad, pero sabía que eso no explicaba a los millones de lectores, espectadores de cine y los televidentes
que devoraban las historias de vampiros.
Un artículo en The Hollywood reporter, informaba que
los vampiros trajeron siete mil millones de dólares a la economía de Hollywood
en los últimos dos años, el PIB de una nación pequeña. La última vez que revise
había 130 millones de libros de Crepúsculo
vendidos, y esto no es sólo un fenómeno adolescente; había por lo menos 30 mil
mujeres adultas en la web de Madres Crepúsculo. Nuevas novelas de vampiros
siguen siendo las más vendidas, tanto para adultos como para adolescentes. Y en
la televisión tenemos a True Blood, y
las versiones americanas y británicas de Ser
Humano. En un reciente viaje a Europa, me encontré con una pariente
adolescente en Amsterdam, estaba absolutamente obsesionada con The Vampire Diaries.
Quería entender por qué
los vampiros provocan tanta atracción en nuestra cultura, tanto en Estados
Unidos y en Europa.
Es muy fácil descartar
todo esto de la cultura pop con sarcasmo, es decir, "se trata de
adolescentes y de sexo", o incluso el sexo reprimido. Usted ha leído los
artículos “Cómo Crepúsculo tiene que ver con la abstinencia”, desde el punto de
vista de Mormón, cuando Edward es evidentemente un acosador. Pues bueno, yo no
lo creo ni por un minuto.
Todos nosotros sabemos que
la violación no es sobre el sexo; se trata de poder. Comencé a preguntarme si
tal vez el interés en los vampiros es realmente una meditación sobre el poder y
sus abusos. Una de las razones de que los vampiros son interesantes es que,
como nosotros, estamos en conflicto por cuestiones de poder. Lo queremos, desconfiamos
de él, abusamos de él; lo amamos y odiamos: luchamos con él.
Casi todas las novelas
recientes de vampiros, el cine y la televisión se enfrentan a este problema.
Amy Smith, que imparte cursos sobre la literatura de la guerra y también de
películas sobre vampiros y ficción en la
Universidad del Pacífico, lo explica de esta manera:
"La cuestión central en muchas de estas
películas y novelas es, 'si tuviera poder sobre los demás, ¿cómo lo usaría? La
tensión está siempre entre la afirmación de 'nosotros estamos en la cima de la
cadena alimenticia, podemos hacer lo que queramos; los seres humanos son ganado',
contra la otra de 'una vez fuimos humanos, ¿cómo podemos tratar a los seres
humanos como si fueran ganado?' Esta es la misma tensión que tenemos en la
vida. Si usted gana más dinero o si tiene más poder que alguien, ¿cómo va a
utilizarlo? ¿Qué le permite el tener más poder o estatus?”
(Del otro lado con 'una
vez fuimos humanos, ¿cómo podemos tratar a los seres humanos como si fueran ganado?'
Esta es la misma tensión que tenemos en la vida. Si usted gana más dinero o si
tiene más poder que alguien, ¿cómo va a utilizarlo? ¿Qué le permite el tener
más poder o estatus?”)
Los adolescentes que
naturalmente se sienten invisibles y sin poder −ya que todavía están bajo el
control de las autoridades de la escuela y los padres− encuentran la fantasía
de la diferencia, de los poderes y habilidades especiales. Si estas poderosas
criaturas son los X-Men, los seres de
Pandora, o vampiros, se identifican con la lucha de poder que quieren. Sin
embargo a menudo ven el peligro más claramente que sus padres, porque están
viendo desde el exterior cómo la generación de más edad abusa del poder, manejándolo
por encima de ellos.
En un extraordinario e-mail
que recibí de Anne Rice, la autora que ha vendido millones de novelas de vampiros,
dijo que "el vampiro −el símbolo para el forastero en todos nosotros− es
idealizado por los adolescentes, ya que tan desesperadamente necesitan
encontrar un noble sendero que les permita resistir el paso horrible que la
cultura occidental ha creado para ellos.
Mientras reflexionaba en
ese pasaje, pensé en los horrores de la cultura de consumo. Pensé en la escuela
secundaria, acerca de los Cullen en Crepúsculo,
haciendo la escuela una y otra vez. Piense, tan sólo de imaginarse hacer cinco
veces el baile de graduación, eso sí que
es una historia de terror.
Y si nos fijamos en Buffy Cazavampiros, todo es cuestión de
poder: mujeres, poder y liderazgo. En la última temporada de Buffy, se ve
obligada a renunciar al poder patriarcal y renunciar a su propio poder para el
poder de todas las mujeres (hay cientos de artículos académicos sobre esto).
Y por supuesto, si miramos
más atrás, Voltaire, Engels, Marx, y ahora la gente de Wall Street, se ha utilizado
la palabra vampiro para describir las cuestiones de poder, por lo general usándola
para los poderosos, los corruptos, el capitalista y/o el operador de Wall
Street. Pero eso todavía no explica lo que realmente está sucediendo en la
actualidad.
Cada época tiene los
vampiros que requiere, escribe la autora feminista Nina Auerbach en su libro Los Vampiros, nosotros mismos. Cada
época utiliza los vampiros para expresar sus temores y preocupaciones, escribe
Eric Nuzum en su libro The Fast Dead
Travel.
En 1897, cuando Bram
Stoker escribió Drácula, Inglaterra tenía los puertos más grandes del mundo. No
había miedo a la enfermedad entrante llevada por los extranjeros y por
inmigración, entonces Stoker creó el monstruo perfecto de Europa del Este, con la
suciedad de un país extranjero. Usted puede ver esto en cada período que ha
tenido interés en los vampiros. En los años 80, con el sida, los vampiros se
describen a menudo en las novelas como parásitos; el vampirismo es visto como
una enfermedad.
La primera historia de
vampiros en el idioma Inglés se inició en 1816, en el mismo chalet y en el
mismo fin de semana. María Shelly empezó a escribir Frankenstein; el temor en
ese momento era la ciencia que sustituye a Dios.
Entonces, ¿qué está
pasando ahora? ¿Quiénes son los vampiros que hemos creado y cuáles son los
miedos y las preocupaciones que expresan?
Observamos nuestros vampiros
modernos de los últimos quince años. Los Cullen en Crepúsculo; Bill Compton y Eric Northman en True Blood; Mick St. John en la serie de CBS Moonlight; Mitchell, el vampiro en la serie Ser Humano de la BBC; Henry Fitzroy en Blood Ties, por Tanya Huff; Stefan y
Damon en The Vampire Diaries, y no
nos olvidemos de Angel y Spike, en Buffy.
Todos ellos tienen algo en común que los hace diferentes de la mayoría de los
vampiros de antes.
A diferencia de los
vampiros antiguos, todos están luchando desesperadamente ser morales, a pesar
de ser depredadores. A veces con éxito, pero siempre en conflicto, siempre en
una lucha profunda para llevar una vida moral, aun así con su necesidad de
sangre.
Hay una escena maravillosa
en el thriller de Juramento de sangre,
por Christopher Farnsworth, que salió hace un par de años. La idea es que el
presidente Andrew Johnson encontró un vampiro en un barco y lo encarceló. Se
las arregló para conseguir Marie Laveau (la reina del vudú de Nueva Orleans) y
atarlo por un juramento de sangre para servir a todos los presidentes de los
Estados Unidos. Nathaniel Cade, el vampiro, se encuentra ahora en el mundo
moderno donde sirve a un presidente parecido a Obama. En una escena se
encuentra en una reunión de AA. Lo hace con bastante regularidad, porque se ve
a sí mismo como un adicto, siendo que sólo bebe sangre animal, sin embargo aún ansía
la sangre de los seres humanos.
Los seres humanos somos
adictos no sólo en las formas obvias, como el abuso de alcohol, cigarrillos,
drogas y comida, sino a un estilo de vida adictivo. Nuestros puestos de
trabajo, la economía, la forma de vivir y viajar, la forma de nuestra
infraestructura, todo nos sujeta. Dependemos, al menos por ahora, a los
combustibles fósiles. El petróleo es nuestra sangre y nuestra adicción
compromete la tierra.
Los vampiros somos nosotros
en este momento, ya que libramos guerras, utilizamos el aceite y succionamos la
sangre de la vida del planeta.
Whitley Strieber, autor de
The Hunger va más allá. "Nuestra
presa es nuestro planeta". Si es así, los vampiros somos nosotros y el
tema que nos ocupa es cómo podemos aprender a usar nuestros poderes formidables
sin destruir el mundo y las generaciones futuras. Al igual que los vampiros nos
encontramos en una lucha con nuestra propia depredación.
Usted puede preguntarse:
¿cuándo creamos este vampiro que representa nuestra lucha moral? Al principio
pensé que se inició con Buffy.
Entonces pensé que se remonta a Anne Rice. Pero en realidad se remonta a 45
años, a las sombras oscuras y el vampiro Bernabé. Dark Shadows se inició en
1966, pero Bernabé no apareció hasta bien entrado el año 1967, y la palabra
vampiro nunca se utilizó hasta 1968.
En 1966, Stewart Brand, el
hombre que fundó el Whole Earth Catalog, una de las revistas ambientales más importantes,
realizo un viaje con LSD en una azotea de San Francisco. Él estaba meditando en
algo que Buckminster Fuller había dicho: que la raíz de la mala conducta del
hombre era la idea de que la tierra era plana e infinita. Con los efectos del
LSD sintió y vio la curva de la tierra. Cuando termino el viaje, él imprimió un
botón político y envió a un par de cientos en todo el mundo, a la NASA, a
soviéticos y estadounidenses, diplomáticos, a miembros de las Naciones Unidas y
miembros del Congreso. El botón tiene esta frase: "¿por qué aún no hemos
visto una foto de toda la tierra? Si bien hubo un par de puntos de vista
difusos de los satélites, que tomaría el Apolo 8 en 1968, para darnos esa
imagen en color de la Tierra naciente. Cuatro años más tarde, el Apolo 17 nos dio la imagen de la tierra de
mármol azul, que bien puede ser la fotografía más reproducida en la historia.
Esas fotografías nos cambiaron. Al principio observamos la tierra sin límites
ni fronteras, todos éramos hermanos y hermanas. Pero con el tiempo tuvimos una
visión más oscura. Vimos nuestras vulnerabilidades por primera vez. Nos veíamos
comprometidos moralmente en este planeta frágil y sin hacer lo que teníamos que
hacer para salvarlo. En 1970 fue el primer Día de la Tierra, el verdadero
comienzo del movimiento ecologista. De repente vimos la fragilidad de la
Tierra, una pequeña bola de color brillante en un universo oscuro, una bola tan
pequeña que los astronautas podían borrarla con su pulgar.
La imagen de nosotros y
nuestra forma de pensar cambió. Nuestros vampiros también cambiaron en el mismo
momento. Creo que los vampiros con los que muchos estamos identificados nos
permiten vernos a nosotros mismos con más claridad. Nos hacen ver los
compromisos que hacemos todos los días, las luchas morales que a menudo perdemos
o más comúnmente negamos. Sylvia Plath escribió, "Estoy aterrorizada de
esta cosa oscura que vive en mí." Steven Moore, en The Vampire escribe: La
razón de que no pueda ver a un vampiro en el espejo, es que el vampiro es un
espejo que refleja nuestra personalidad secreta".
Esperemos que estos
vampiros en conflicto moral nos permitirán no sólo ver nuestros abusos de poder con más claridad, sino
darnos algunas ideas sobre cómo podemos luchar para vivir más moralmente en
esta Tierra. Ahora, cuando alguien me
dice: "¿Cómo pudiste perder tres años leyendo novelas de vampiros?"
Cito algo de Victoria Nelson de su libro Gothicka, y ella está parafraseando
algo que atribuye al último gran escritor de ciencia ficción Philip K. Dick: “Cuando
lo divino es exiliado de nuestra cultura, a veces hay que buscar en la basura”.
Sermón dictado en
Judson Memorial Church el 27 de octubre
2013. New York, NY.
*In memoriam 28 de Julio 2014:
Traducción y
adaptación por Christian Ortiz.
El Caldero – Revista
Neopagana
Margot
Adler escribió el libro sobre paganismo titulado Drawing Down the Moon: Witches,
Druids, Goddess-Worshippers, and Other Pagans in America Today. Este libro es considerado un
momento decisivo en los círculos neopaganos estadounidenses, proveyó la primera
mirada comprensiva a las religiones basadas en la Naturaleza en Estados Unidos. En 1986 fue oradora en el WinterStar Symposium del cual la Association for Consciousness
Exploration produjo su
conferencia From Witch to
Witch Doctor: Healers, Therapists and Shamans y el panel de discusión The Magickal Movement: Present and
Future (con Isaac Bonewits, Selena Fox y Robert Anton Wilson). Su segundo libro tituladoHeretic's Heart: A Journey Through
Spirit and Revolution, fue publicado por la Editorial Beacon en 1997. Margot
Adler es una sacerdotisa wiccana de la Wicca
gardneriana y una
Universalista Unitaria.
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