In memoriam Margot Adler - Vampiros: la tierra y nuestra lucha moral.

In memoriam: Margot Adler
Vampiros: la tierra y nuestra lucha moral.
¿Acaso amamos a los vampiros?
Margot Adler
Autora, periodista y sacerdotisa Wicca.
 (1946 - 2014)
Nunca estuve interesada en vampiros. Si me hubieran preguntado hace cinco años hubiera dicho <<¿estás bromeando?>> Yo había leído −quizá alguna novela− y no las doscientas setenta, que ahora he leído. También había visto una película, The Hunger, probablemente porque sabía del autor. Pero en mi camino a una conferencia compré algunas novelas baratas para el avión, y leí las dos primeras novelas de Crepúsculo. Se podría haber terminado ahí, pero ocho días después, mi esposo fue diagnosticado con cáncer terminal de estómago.
Empecé a obsesionarme con novelas de vampiros, sentada junto a su cama mientras dormía,  pensaba en la mortalidad. Mi marido y compañero de 33 años se estaba muriendo, y él era alguien que deseaba vivir para siempre.
Había una tensión entre nuestros puntos de vista sobre la muerte, una tensión que no entendí hasta después de su muerte. Ahora me doy cuenta que es una tensión que existe también en muchas de las más interesantes novelas de vampiros. Mi marido tenía lo que yo llamaría la "visión de alta tecnología de la muerte"; debía evitarse a toda costa. Él era un corredor,  se encontraba en perfecto estado de salud, tomó varios suplementos y antioxidantes. Tomaba  un vaso de vino para el resveratrol, nunca fumó, estaba en forma, y​​, a diferencia de mí, él nunca uso drogas en su juventud. Él pensó que iba a vivir hasta los cien años −de preferencia aún más. Un periodista científico siguió todos los descubrimientos y avances de la investigación sobre el envejecimiento, y pensó que cuando muriera  podría haber  volado sus cenizas al espacio. Su actitud era sin duda "la rabia; la rabia contra la muerte de la luz."

Yo en ese mismo momento, tenía una perspectiva pagana y centrada en la Tierra. "Todos somos parte del ciclo de vida. Como una semilla nacemos, crecemos, maduramos y decaemos, dando cabida a las futuras generaciones que al igual que las plantas del semillero renacen a través de nosotros. En cuanto a la persistencia de la conciencia, pensé, "¿cómo podemos saberlo?" Quizás simplemente retornamos a los elementos; nos convertimos en la tierra, aire, fuego y agua. Eso parecía bien para mí, y de hecho recuerdo haber leído un libro de la autora feminista Barbara Walker, en la que decía que el antiguo significado de los cuatro elementos fue la forma en que iríamos a la muerte: nos vamos a la carroña en el aire; a ser sepultados en la tierra, nos quemamos en la pira, y somos absorbidos por las  profundidades del mar. Eso para mí  parecía bien, a pesar de que había una parte de mí que en el fondo quería vivir para siempre.

El vampiro del mito y la literatura encarna esa misma tensión que mi marido y yo tuvimos al respecto de la muerte. Están  cerca de la inmortalidad, y sin embargo son trágicamente congelados en el tiempo. Ellos no pueden crecer ni cambiar como las estaciones. Sus características son el de estar dotados de súper poderes, gran fuerza, y, con frecuencia, poseer una sabiduría debido a su longevidad, la cual es una visión cínica de la vida.
Rosalie, quien se lamenta de su estado de congelación en las novelas de Crepúsculo, tiene la misma duda planteada en libros como Tuck Everlasting (famosa novela de ciencia ficción de Olaf Stapleton, de 1930). “Los seres humanos quieren ser parte de la naturaleza, y sin embargo, aún quieren empujar el borde del sobre, tratando de ser más.”
Los vampiros juegan con la muerte y la cuestión de la mortalidad. Nos permiten reflexionar en lo que significaría vivir por mucho tiempo. Ellos nos permiten formular preguntas que solemos evadir y que sólo las hacemos en la ciencia ficción. ¿Qué son los valores superiores y los valores inferiores, con respecto a la corta vida humana? ¿Es la "vida" del vampiro, estéril y congelada? ¿La vida sólo significa algo cuando es parte de un ciclo de nacimiento, maduración, decadencia, muerte y el  nacimiento de una nueva vida? ¿Hay una belleza que sólo proviene de los ciclos de las estaciones de los cuales formamos parte?
Así que al principio meditaba sobre la mortalidad, pero sabía que eso no explicaba a los millones de lectores, espectadores de cine y los televidentes que devoraban las historias de vampiros.

Un artículo en The Hollywood reporter, informaba que los vampiros trajeron siete mil millones de dólares a la economía de Hollywood en los últimos dos años, el PIB de una nación pequeña. La última vez que revise había 130 millones de libros de Crepúsculo vendidos, y esto no es sólo un fenómeno adolescente; había por lo menos 30 mil mujeres adultas en la web de Madres Crepúsculo. Nuevas novelas de vampiros siguen siendo las más vendidas, tanto para adultos como para adolescentes. Y en la televisión tenemos a True Blood, y las versiones americanas y británicas de Ser Humano. En un reciente viaje a Europa, me encontré con una pariente adolescente en Amsterdam, estaba absolutamente obsesionada con The Vampire Diaries.

Quería entender por qué los vampiros provocan tanta atracción en nuestra cultura, tanto en Estados Unidos y en Europa.
Es muy fácil descartar todo esto de la cultura pop con sarcasmo, es decir, "se trata de adolescentes y de sexo", o incluso el sexo reprimido. Usted ha leído los artículos “Cómo Crepúsculo tiene que ver con la abstinencia”, desde el punto de vista de Mormón, cuando Edward es evidentemente un acosador. Pues bueno, yo no lo creo ni por un minuto.
Todos nosotros sabemos que la violación no es sobre el sexo; se trata de poder. Comencé a preguntarme si tal vez el interés en los vampiros es realmente una meditación sobre el poder y sus abusos. Una de las razones de que los vampiros son interesantes es que, como nosotros, estamos en conflicto por cuestiones de poder. Lo queremos, desconfiamos de él, abusamos de él; lo amamos y odiamos: luchamos con él.
Casi todas las novelas recientes de vampiros, el cine y la televisión se enfrentan a este problema. Amy Smith, que imparte cursos sobre la literatura de la guerra y también de películas sobre vampiros y  ficción en la Universidad del Pacífico, lo explica de esta manera:
 "La cuestión central en muchas de estas películas y novelas es, 'si tuviera poder sobre los demás, ¿cómo lo usaría? La tensión está siempre entre la afirmación de 'nosotros estamos en la cima de la cadena alimenticia, podemos hacer lo que queramos; los seres humanos son ganado', contra la otra de 'una vez fuimos humanos, ¿cómo podemos tratar a los seres humanos como si fueran ganado?' Esta es la misma tensión que tenemos en la vida. Si usted gana más dinero o si tiene más poder que alguien, ¿cómo va a utilizarlo? ¿Qué le permite el tener más poder o estatus?”
(Del otro lado con 'una vez fuimos humanos, ¿cómo podemos tratar a los seres humanos como si fueran ganado?' Esta es la misma tensión que tenemos en la vida. Si usted gana más dinero o si tiene más poder que alguien, ¿cómo va a utilizarlo? ¿Qué le permite el tener más poder o estatus?”)
Los adolescentes que naturalmente se sienten invisibles y sin poder −ya que todavía están bajo el control de las autoridades de la escuela y los padres− encuentran la fantasía de la diferencia, de los poderes y habilidades especiales. Si estas poderosas criaturas son los X-Men, los seres de Pandora, o vampiros, se identifican con la lucha de poder que quieren. Sin embargo a menudo ven el peligro más claramente que sus padres, porque están viendo desde el exterior cómo la generación de más edad abusa del poder, manejándolo por encima de ellos.
En un extraordinario e-mail que recibí de Anne Rice, la autora que ha vendido millones de novelas de vampiros, dijo que "el vampiro −el símbolo para el forastero en todos nosotros− es idealizado por los adolescentes, ya que tan desesperadamente necesitan encontrar un noble sendero que les permita resistir el paso horrible que la cultura occidental ha creado para ellos.
Mientras reflexionaba en ese pasaje, pensé en los horrores de la cultura de consumo. Pensé en la escuela secundaria, acerca de los Cullen en Crepúsculo, haciendo la escuela una y otra vez. Piense, tan sólo de imaginarse hacer cinco veces el baile de graduación, eso sí  que es una historia de terror.
Y si nos fijamos en Buffy Cazavampiros, todo es cuestión de poder: mujeres, poder y liderazgo. En la última temporada de Buffy, se ve obligada a renunciar al poder patriarcal y renunciar a su propio poder para el poder de todas las mujeres (hay cientos de artículos académicos sobre esto).
Y por supuesto, si miramos más atrás, Voltaire, Engels, Marx, y ahora la gente de Wall Street, se ha utilizado la palabra vampiro para describir las cuestiones de poder, por lo general usándola para los poderosos, los corruptos, el capitalista y/o el operador de Wall Street. Pero eso todavía no explica lo que realmente está sucediendo en la actualidad.
Cada época tiene los vampiros que requiere, escribe la autora feminista Nina Auerbach en su libro Los Vampiros, nosotros mismos. Cada época utiliza los vampiros para expresar sus temores y preocupaciones, escribe Eric Nuzum en su libro The Fast Dead Travel.
En 1897, cuando Bram Stoker escribió Drácula, Inglaterra tenía los puertos más grandes del mundo. No había miedo a la enfermedad entrante llevada por los extranjeros y por inmigración, entonces Stoker creó el monstruo perfecto de Europa del Este, con la suciedad de un país extranjero. Usted puede ver esto en cada período que ha tenido interés en los vampiros. En los años 80, con el sida, los vampiros se describen a menudo en las novelas como parásitos; el vampirismo es visto como una enfermedad.
La primera historia de vampiros en el idioma Inglés se inició en 1816, en el mismo chalet y en el mismo fin de semana. María Shelly empezó a escribir Frankenstein; el temor en ese momento era la ciencia que sustituye a Dios.
Entonces, ¿qué está pasando ahora? ¿Quiénes son los vampiros que hemos creado y cuáles son los miedos y las preocupaciones que expresan?
Observamos nuestros vampiros modernos de los últimos quince años. Los Cullen en Crepúsculo; Bill Compton y Eric Northman en True Blood; Mick St. John en la serie de CBS Moonlight; Mitchell, el vampiro en la serie Ser Humano de la BBC; Henry Fitzroy en Blood Ties, por Tanya Huff; Stefan y Damon en The Vampire Diaries, y no nos olvidemos de Angel y Spike, en Buffy. Todos ellos tienen algo en común que los hace diferentes de la mayoría de los vampiros de antes.
A diferencia de los vampiros antiguos, todos están luchando desesperadamente ser morales, a pesar de ser depredadores. A veces con éxito, pero siempre en conflicto, siempre en una lucha profunda para llevar una vida moral, aun así con su necesidad de sangre.
Hay una escena maravillosa en el thriller de Juramento de sangre, por Christopher Farnsworth, que salió hace un par de años. La idea es que el presidente Andrew Johnson encontró un vampiro en un barco y lo encarceló. Se las arregló para conseguir Marie Laveau (la reina del vudú de Nueva Orleans) y atarlo por un juramento de sangre para servir a todos los presidentes de los Estados Unidos. Nathaniel Cade, el vampiro, se encuentra ahora en el mundo moderno donde sirve a un presidente parecido a Obama. En una escena se encuentra en una reunión de AA. Lo hace con bastante regularidad, porque se ve a sí mismo como un adicto, siendo que sólo bebe sangre animal, sin embargo aún ansía la sangre de los seres humanos.
Los seres humanos somos adictos no sólo en las formas obvias, como el abuso de alcohol, cigarrillos, drogas y comida, sino a un estilo de vida adictivo. Nuestros puestos de trabajo, la economía, la forma de vivir y viajar, la forma de nuestra infraestructura, todo nos sujeta. Dependemos, al menos por ahora, a los combustibles fósiles. El petróleo es nuestra sangre y nuestra adicción compromete la tierra.
Los vampiros somos nosotros en este momento, ya que libramos guerras, utilizamos el aceite y succionamos la sangre de la vida del planeta.
Whitley Strieber, autor de The Hunger va más allá. "Nuestra presa es nuestro planeta". Si es así, los vampiros somos nosotros y el tema que nos ocupa es cómo podemos aprender a usar nuestros poderes formidables sin destruir el mundo y las generaciones futuras. Al igual que los vampiros nos encontramos en una lucha con nuestra propia depredación.
Usted puede preguntarse: ¿cuándo creamos este vampiro que representa nuestra lucha moral? Al principio pensé que se inició con Buffy. Entonces pensé que se remonta a Anne Rice. Pero en realidad se remonta a 45 años, a las sombras oscuras y el vampiro Bernabé. Dark Shadows se inició en 1966, pero Bernabé no apareció hasta bien entrado el año 1967, y la palabra vampiro nunca se utilizó hasta 1968.
En 1966, Stewart Brand, el hombre que fundó el Whole Earth Catalog, una de las revistas ambientales más importantes, realizo un viaje con LSD en una azotea de San Francisco. Él estaba meditando en algo que Buckminster Fuller había dicho: que la raíz de la mala conducta del hombre era la idea de que la tierra era plana e infinita. Con los efectos del LSD sintió y vio la curva de la tierra. Cuando termino el viaje, él imprimió un botón político y envió a un par de cientos en todo el mundo, a la NASA, a soviéticos y estadounidenses, diplomáticos, a miembros de las Naciones Unidas y miembros del Congreso. El botón tiene esta frase: "¿por qué aún no hemos visto una foto de toda la tierra? Si bien hubo un par de puntos de vista difusos de los satélites, que tomaría el Apolo 8 en 1968, para darnos esa imagen en color de la Tierra naciente. Cuatro años más tarde,  el Apolo 17 nos dio la imagen de la tierra de mármol azul, que bien puede ser la fotografía más reproducida en la historia. Esas fotografías nos cambiaron. Al principio observamos la tierra sin límites ni fronteras, todos éramos hermanos y hermanas. Pero con el tiempo tuvimos una visión más oscura. Vimos nuestras vulnerabilidades por primera vez. Nos veíamos comprometidos moralmente en este planeta frágil y sin hacer lo que teníamos que hacer para salvarlo. En 1970 fue el primer Día de la Tierra, el verdadero comienzo del movimiento ecologista. De repente vimos la fragilidad de la Tierra, una pequeña bola de color brillante en un universo oscuro, una bola tan pequeña que los astronautas podían borrarla con su pulgar.
La imagen de nosotros y nuestra forma de pensar cambió. Nuestros vampiros también cambiaron en el mismo momento. Creo que los vampiros con los que muchos estamos identificados nos permiten vernos a nosotros mismos con más claridad. Nos hacen ver los compromisos que hacemos todos los días, las luchas morales que a menudo perdemos o más comúnmente negamos. Sylvia Plath escribió, "Estoy aterrorizada de esta cosa oscura que vive en mí." Steven Moore, en The Vampire escribe: La razón de que no pueda ver a un vampiro en el espejo, es que el vampiro es un espejo que refleja nuestra personalidad secreta".
Esperemos que estos vampiros en conflicto moral nos permitirán no sólo ver  nuestros abusos de poder con más claridad, sino darnos algunas ideas sobre cómo podemos luchar para vivir más moralmente en esta Tierra.  Ahora, cuando alguien me dice: "¿Cómo pudiste perder tres años leyendo novelas de vampiros?" Cito algo de Victoria Nelson de su libro Gothicka, y ella está parafraseando algo que atribuye al último gran escritor de ciencia ficción Philip K. Dick: “Cuando lo divino es exiliado de nuestra cultura, a veces hay que buscar en la basura”.
Sermón dictado en Judson Memorial Church  el 27 de octubre 2013. New York, NY.
*In memoriam 28 de Julio 2014:  
Traducción y adaptación por Christian Ortiz.         
El Caldero – Revista Neopagana

Margot Adler escribió el libro sobre paganismo titulado Drawing Down the Moon: Witches, Druids, Goddess-Worshippers, and Other Pagans in America Today. Este libro es considerado un momento decisivo en los círculos neopaganos estadounidenses, proveyó la primera mirada comprensiva a las religiones basadas en la Naturaleza en Estados Unidos. En 1986 fue oradora en el WinterStar Symposium del cual la Association for Consciousness Exploration produjo su conferencia From Witch to Witch Doctor: Healers, Therapists and Shamans y el panel de discusión The Magickal Movement: Present and Future (con Isaac Bonewits, Selena Fox y Robert Anton Wilson). Su segundo libro tituladoHeretic's Heart: A Journey Through Spirit and Revolution, fue publicado por la Editorial Beacon en 1997. Margot Adler es una sacerdotisa wiccana de la Wicca gardneriana y una Universalista Unitaria.


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