LA GRAN MADRE SIEMPRE NOS CUIDA.
Hay
momentos en nuestra vida en que nos sentimos “no tan
bien”. El mundo es una rueda que gira, muchas veces
creemos estar arriba y otras más nos sentimos muy abajo.
Es justo en estos momentos bajos, en momentos
de descenso emocional donde volteamos los ojos al
gran espíritu creador, a la Madre Eterna.
Sin embargo estas
reacciones, aunque naturales, no denotan una espiritualidad profunda, sino más
bien un apego que se agudiza en los
tiempos difíciles, Es muy cierto que como dicen por ahí “Uno se acuerda de lo
divino, cuando el dolor es hondo”.
La Gran Madre, Diosa
creadora, cuida de todo lo que habita la existencia, es fuerza inminente que
sostiene el orden natural, ella siempre está con nosotros, aunque a veces
nosotros nos olvidemos de esto. Imagina el mundo natural, hasta el ser más
pequeñito está protegido por el amor, los pequeños pájaros tienen sustento, las
flores y los árboles son cuidados y enraizados en tierra que los nutrre, nada
está desamparado en el mundo.
El mundo es un
hermoso regalo para aprender y crecer, es el jardín que la gran madre nos ha
regalado, ella nos nutre, nos ama, incluso cuando nosotros mismos no nos amamos u olvidamos como hacerlo. Ella es el eco de la
vida que nos regala el aliento continuo, el tambor del corazón y la danza de
las estaciones.
Es muy cierto que la
“vida siempre se abre camino”, que hasta los seres que parecen más frágiles
logran seguir adelante, que las flores del desierto se aferran a la vida,
que los grandes dolores son transitorios, que la vida siempre continúa, que
nuestros caminos se juntan y se separan.
Justo cuando
pensamos que no podemos más, el espíritu nos dice en un susurro amoroso: No te
olvides de que “La Gran madre siempre nos cuida”
Madre nuestra que
estás en los cielos y en la tierra y en todas partes,
Bendita sea tu
belleza y tu abundancia,
Trae a nuestros
corazones la llave que abre el portal del amor,
Que cada uno de
nosotros respete las costumbres de todos los seres
Y el ejercicio del
perdón sea parte de nuestra existencia
Que demos la
bienvenida en nuestra mesa para compartir con todos
El alimento sagrado.
Madre nuestra que
estás en los cielos y en la tierra y en todas partes,
Qué seas la guía de
nuestros pasos,
Que el ritmo de
nuestros corazones sean con el corazón de la tierra
Y así podemos
venerar su bendito ritmo.
Que las estrellas
nos guíen en las noches oscuras
Y el sol y luna
abrace nuestros cuerpos,
Oh Gran Espíritu
Oh Gran Madre
Oh MUJER SAGRADA.
IMAGENES DE: (1)DORA
VELARDE - INSPIRADA EN EL HERMOSO "ORACULO DE LA MUJER SAGRADA" DE
MONICA GLUSMAN
Textos de: Rev. Christian Ortiz.
Fraternidad de la Diosa – Compendios 2011
– 2016 ©
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El amor divino es como el amor de una madre en su estado más natural y
primordial. Se manifiesta en el acto que nutre, sana, cuida y contiene.
Es la fuerza que está por debajo, sobre y detrás del todo; nunca nos abandona.
Solo hace falta que te des un tiempo para percibir al gran espíritu de
la vida, está en la canción de tu corazón, en el brillo de la luna y las
estrellas, en el olor de la hierba mojada, en el abrazo cálido de otro ser, en
el deleite del alimento sagrado.
Esa esencia incognoscible es lo sagrado cotidiano, habla a través de muchas voces y se presenta con miles de rostros, pero es una, es la Gran Madre.
Christian Ortiz.
Esa esencia incognoscible es lo sagrado cotidiano, habla a través de muchas voces y se presenta con miles de rostros, pero es una, es la Gran Madre.
Christian Ortiz.
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