“Donde tú eres tierno, dices plural”
Roland Barthes
Uno de los elementos básicos para poder ejercer una vida libre de violencia, es hacernos responsables del analfabetismo emocional que venimos arrastrando. Los varones somos socializados de maneras altamente destructivas desde pequeños; la guerra, dominación y violencia son la normalidad para los seres masculinos.
Al introducirnos ese mindset patriarcal y machista, muchas de nuestras dimensiones afectivas quedan mutiladas, se nos arranca la posibilidad de experimentar, sentir y expresar vulnerabilidad, tristeza, llanto, ternura, etc.
Romper el pacto patriarcal y dejar de ser violentos con las mujeres, con otros hombres y con las infancias comienza en nuestros cuerpos, mentes y emociones; después esto deviene y se proyecta en los vínculos que hacemos con los demás.
La ternura que eres capaz de expresar es la unidad de medida de tu felicidad.
Hoy quiero hablarte del poder sanador de la ternura y su gran importancia en la construcción de vidas y mundos sanos. Quizá puedas pensar que es un tema frívolo o poco importante, pero es un componente medular en la política del buentrato, y por lo tato en la construcción de sociedades pacíficas.
Expresar ternura y empatía nos permite conectar con otras personas y romper el aislamiento emocional en donde solemos estar.
Al romper los patrones de sequedad emocional podemos generar vínculos más sanos y fuertes. Es tocar y ser tocados con dignidad, amor y respeto.
“Hablar de ternura en estos tiempos de ferocidades no es ninguna ingenuidad. Es un concepto profundamente político. Es poner el acento en la necesidad de resistir la barbarización de los lazos sociales que atraviesan nuestros mundos.”
Fernando Ulloa.
Todos tenemos derecho a florecer a la ternura, amor y conexión. No somos los siempre fuertes, ni los insensibles. No somos el eco de las creencias de nuestra tribu, hay algo más dentro. Es una presencia indómita que busca tocar y ser tocada con amor.
Florecemos en nuevos prados muy poco explorados, muy lejos de la tribu conocida, aquella tribu que nos mutiló para hacernos como guerreros ciegos; nos han entrenado como máquinas de guerra y dominación.
Caminamos senderos preestablecidos, caminos hostiles y confusos donde se nos pide arrancarnos el corazón.
Nuestras parejas no nos pueden salvar de la propia confusión, no son responsables de nuestra rabia, dolor o violencia; solo nosotros podremos retornar a la ternura y florecer en amor lúcido.
Te comparto un episodio en donde trato algunas maneras para trabajarse el tema de la ternura y la expresión emocional no violenta.
También acá te comparto un libro para explorar.
Deja de ser tan duro contigo mismo, ese no es el camino correcto. Eso solo incrementa la frustración, auto-odio y rechazo; y de esta manera serás más duro y violentos contigo y con otras personas. Todos podemos trabajar poco a poco en nosotros mismos, busca libros y materiales que te ayuden a detectar violencias y autoviolencias, únete a círculos de hombres, realiza terapia psicológica, medita y trata de buscar paz y sosiego.
Los hombres no somos culpables de como fuimos educados y socializados, pero somos responables de cambiar el mindset patriarcal y machista, también somos capaces de trascender el trauma patriarcal y el dolor transgeneracional y regalarnos vidas más plenas y sanas, para así, poder compartirnos con nuestras parejas, hijas e hijos y demás relaciones desde un amor lucido y despierto.
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